La foto muestra a los maestros esperando las instrucciones del día.
En estos días que hemos estado sin ese valioso líquido en el Colegio me he puesto a reflexionar sobre la situación en nuestro país y en nuestras escuelas. No cabe la menor duda que lo que sucedió fue por falta de mantenimiento preventivo. ¡Imagina el desorden si fuera una catástrofe como lo que ocurrió en nuestra isla vecina de Haití!
El tener que suspender las clases por dos días y medio es algo insólito. ¿Acaso no estábamos preparados para este tipo de eventualidad? No solo hablo de nuestra institución sino las escuelas públicas y privadas vecinas.
Estos días que se perdieron se deben reponer. Eso es lógico porque los padres están pagando por un servicio que se les suspendió. Pero no debió haber ocurrido en primer lugar. Nosotros teníamos que tener un plan de contingencia. Es algo para tomar en consideración para el futuro.
Estos son momentos para explorar otras alternativas para que la instrucción no se interrumpa. Algunos maestros, pero lamentablemente, no todos, optaron por postear trabajos en sus portales. Esos maestros están pensando en el bien de los estudiantes (y sus padres) para que éstos se prejudiquen lo menos posible. La instrucción se tiene que dar no importa las condiciones.
¿Qué otras alternativas debemos considerar para que ésto no vuelva a suceder? Los dejo con esa interrogativa.